Argentina: Viajes sólo para mujeres, una tendencia que crece

Arman grupos, buscan intereses comunes, intentan crear lazos y se embarcan en la aventura


Dicen que los hombres van a otro ritmo, que disfrutan de cosas distintas y, en algunos casos, que no les tienen paciencia. Que entre ellas se entienden y por eso se juntan para viajar. Los tours exclusivos para mujeres van sumando adeptas, y aumentan las propuestas para conquistar a este sector. 

“Las mujeres tenemos características de personalidad relacionadas al género, que nos diferencian de los hombres”, dice Luciana Ramajo, de la agencia de viajes Cosmopolitan, que cuenta con la propuesta “Mujeres viajeras”, para explicar el sentido del viaje exclusivamente femenino. 

“Nosotras somos más curiosas, nos gusta estar en contacto con la gente local. Los hombres disfrutan más de largas sobremesas y las mujeres somos más del sándwich y a seguir recorriendo”, diferencia Ramajo.

Dice que la idea surgió de encontrarse en reiteradas oportunidades frente a la misma situación: mujeres con ganas de viajar que terminaban desistiendo porque no se animaban a lanzarse solas o porque les resultaba caro, debido a los costos de la habitaciones individuales. 

Inspirada en propuestas del estilo que se ofrecían en otros países creó Mujeres Viajeras. En turismo de género, una de las agencias más antiguas del rubro es Adventure Women, que nació hace 30 años en Estados Unidos. Y debido al éxito, el modelo se replicó en otros países. Los destinos favoritos de las mujeres suelen ser Perú, Nueva York, India y algunos países de Europa. 

Y, dentro de Argentina, Salta, Jujuy, Mendoza, Bariloche y Villa la Angostura. Mujeres en Nueva York Otro de los tours exclusivos para mujeres que se ofrecen en Argentina nació a partir del blog Chicas en Nueva York. Su creadora, Andy Clar, empezó contando experiencias de sus reiterados viajes y recomendando lugares de la ciudad para visitar. 

En poco tiempo aumentó el número de sus seguidoras y encontró otra faceta al negocio: armar grupos femeninos y guiarlos en recorridos temáticos. Moda y cocina son los ejes. La propuesta para las mujeres puede incluir desayuno a puertas cerradas en alguna tienda neoyorquina de moda, desfiles, visitas a locales de modistos reconocidos, charlas sobre cómo armar una mesa de forma canchera y moderna, clases de cocina a cargo de algún chef, tour de compras, tragos en bares “secretos” y tardes de spa (esos que muestran en las películas, donde las amigas charlan acostadas con turbante en el pelo y pepinos en los ojos). 

El rango de edad de las mujeres que se enganchan con este tipo de propuestas es amplio: desde los 20 a los 60 años. Muchas son solteras sin hijos, y otras divorciadas o viudas con hijos grandes. Les gusta viajar acompañadas pero no tienen un grupo de amigas que las siga en esas experiencias. Amigas de viaje La afinidad se vuelve crucial en los grupos que se forman para viajar. 

La mayoría de las mujeres que participan buscan crear lazos duraderos con quienes comparten la experiencia. Por eso se arman reuniones previas y posteriores a la partida. Gloria Crosio (58) es de La Plata y se define como una viajera incansable. En tres oportunidades participó de tours exclusivos para mujeres. “Me encantó la experiencia. Me hice un lindo grupo de amigas, y con una de las chicas hasta compartí una de las fiestas”, cuenta. Profesora de gimnasia jubilada, Gloria se dedica al reiki, al canto y participa de cursos de danza. 

Es viuda y tiene dos hijas grandes que la alientan en sus viajes. Cuenta que para planificar el de Cartagena, las mujeres viajeras se reunieron en un spa para ultimar los detalles. “Nosotros buscamos formar un grupo de amigas. Crear lazos duraderos, que se mantengan después de los viajes”, dice Paula Alisauskas, fundadora de la comunidad Mujeres de Viaje. 

El grupo se reúne una vez al mes para compartir cócteles o meriendas. En los encuentros se proponen nuevos destinos, se recuerdan viajes y también cada una puede contar experiencias personales. “La idea de estas reuniones es charlar, conocerse más y fomentar el vínculo”, dice Alisauskas. Las mujeres con mayor afinidad acuerdan para compartir habitación. De esta forma pueden reducir los costos por el alojamiento hasta en un 30%. 

En muchos casos, achicar los gastos suele ser el objetivo que persiguen quienes se embarcan en este tipo de experiencias. En otros, buscan rodarse de mujeres que compartan las mismas ganas de viajar. “A partir de los 30 las chicas se van poniendo más movedizas que los hombres, y suele pasar que les gustaría contar con alguna amiga de andanzas que tal vez no está”, dice Alisauskas, y cuenta que muchas de las que se enganchan con la propuesta están en pareja pero no consiguen que sus hombres se entusiasmen con los viajes, y por eso buscan formar un grupo que las acompañe.

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