¿Para qué sirven realmente los ránking de MBA?
Cabe preguntarse si estas clasificaciones son válidas para evaluar la calidad de la formación que imparten las escuelas.
En un momento en el que se da una gran demanda de cursos de MBA de elite y en el que cuesta bastante que los estudiantes se matriculen en cursos de menor importancia, algunos decanos de universidades opinan que ocupar un puesto relevante en las principales listas y clasificaciones de MBA atrae a los mejores estudiantes y satisface a los inversores y donantes financieros.
Sin embargo, otros creen que este tipo de laureles no resulta tan importante, y que no influyen en el atractivo que pueden tener las escuelas de negocios para futuros clientes (alumnos).
"Es indudable que los ránking tienen importancia para los estudiantes, ya que muchos de ellos solicitan entrar en las instituciones que ocupan los primeros puestos", señala Bill Boulding, decano de la escuela de negocios Fuqua de la Universidad de Duke, que encabeza la lista más reciente de la revista Businessweek.
Criterios
Las principales clasificaciones -la ya citada de Businessweek, y las de The Economist y Financial Times- tienen en cuenta en su elaboración diversos criterios, como las cifras de estudiantes admitidos, sus puntuaciones en los exámenes, los graduados que consiguen un empleo de forma inmediata, sus sueldos iniciales y el grado de satisfacción de los alumnos y los antiguos alumnos.
Los resultados de los ránking son muy dispares porque usan diferentes metodologías
En opinión de los decanos, los ránking de los cursos de MBA a tiempo completo son los más influyentes. Andrew Ainslie, decano de la escuela de negocios Simon de la Universidad de Rochester, ha lanzado una campaña para que la escuela suba en las listas y para que aumente la cifra de graduados que consiguen enseguida un empleo. Ocupa el puesto 38 en la de Businessweek y el 85 en la de Financial Times: "Cuanto más alto estás en las clasificaciones, mejores estudiantes y profesorado consigues, y hay empresas que solamente visitan las escuelas que ocupan los primeros puestos para encontrar candidatos", señala Ainslie.
El decano de la escuela de negocios Simon de la Universidad de Rochester ha pedido a los responsables de admisiones que busquen características diferentes en los solicitantes: que den menos importancia a las puntuaciones que han obtenido en los exámenes y más a su personalidad y a sus conocimientos de la vida, ya que las personas con estas características son las que mejores resultados obtienen en una entrevista de trabajo.
Aunque el cambio podría provocar que Simon bajara en las listas a corto plazo, Ainslie señala que "queremos gente apta para trabajar, no un atajo de empollones frikis". La escuela concierta entrevistas de trabajo para los estudiantes en empresas de varias ciudades del país.
Las fluctuaciones en los ránking tienen menos importancia para las instituciones de renombre. Cuando la escuela de negocios Booth de la Universidad de Chicago bajó del primer al tercer lugar en la lista de Businessweek de 2014, nadie hizo preguntas sobre el tema. Además, ese año se modificó el algoritmo para elaborar el listado, por lo que Booth no dio mucha importancia al descenso.
Influencia
La posición en las listas también puede influir en los antiguos alumnos y en los donantes. El año pasado, la escuela de gestión Henry W. Bloch School de la Universidad de Missouri en Kansas City fue acusada de dar información favorable falsa. La universidad contrató a PwC para que analizara estas acusaciones.
En su informe, los auditores indicaron que había datos erróneos en las cifras de admisión y en varios cursos. PwC no señaló los motivos de la información incorrecta, pero en el informe figura un correo electrónico que envió el antiguo decano a los administradores y al personal de la escuela en 2011 en el que decía lo siguiente: "Henry Bloch se queda muy decepcionado cuando nuestra escuela desciende puestos en los ránking. Debemos hacer todo lo posible y utilizar todos los medios necesarios para mejorar nuestra posición".
Henry Bloch, cofundador de la empresa H&R Block, donó 32 millones de dólares en 2011 para financiar la construcción de un nuevo edificio en el campus. Tanto él como la escuela se negaron a hacer comentarios sobre las acusaciones. La escuela Bloch no figura en las listas principales.
Las instituciones con un número importante de graduados que empiezan a trabajar en organizaciones sociales o sin ánimo de lucro dicen que esto puede afectar negativamente a su posición en las listas, porque a la hora de elaborarlas se concede mucha importancia a los sueldos iniciales.
Alrededor del 16% de los graduados en un MBA de la escuela de negocios Saïd de la Universidad de Oxford (que ocupa el número 7 en la lista de Businessweek y el 21 en la de Financial Times) trabaja en organizaciones sin ánimo de lucro después de graduarse.
Su decano, Peter Tufano, declara que los estudiantes piden a menudo consejo en materia laboral: "Debería recomendarles que aceptaran el trabajo que haga que la escuela suba en las listas, pero no les disuado de que acepten un empleo en una institución con fines sociales por motivos salariales".
Ted Snyder, decano de la escuela de gestión de Yale, que ha pasado del puesto 21 al 6 en la lista de Businessweek, explica que "sería posible actuar en nuestro propio beneficio aconsejando a más estudiantes que acepten trabajos con un sueldo inicial alto".
Este año el número de solicitudes de admisión y el interés de las empresas por celebrar actos en el campus han aumentado considerablemente. "Tenemos un elevado porcentaje de estudiantes felices sin rumbo definido y no queremos que esta situación cambie, pero puede que debido a ello bajemos un puesto o dos en las listas", adelanta Snyder.
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