México detuvo a uno de los capos narcos más buscados
Servando "La Tuta" Gómez fue maestro antes de convertirse en el líder del cártel de los Caballeros Templarios
Gómez era el principal objetivo de la campaña de Peña Nieto para recuperar el control de Michoacán, un estado occidental sacudido por la violencia y enfrentamientos entre los Caballeros Templarios y funcionarios de seguridad fuertemente armados.
"Fue en Morelia, la Policía Federal (lo capturó) tras meses de labores de inteligencia (...) En las próximas horas será traído al Distrito Federal a declarar", dijo a Reuters una fuente policial.
Según versiones de la prensa local, La Tuta -de 49 años y otrora maestro rural- fue detenido sin que se hiciera un solo disparo.
En medio de otros operativos federales y militares, que tenían como objetivo a La Tuta, las autoridades lograron la caída de otros "templarios" como Enrique Kike Plancarte, abatido a tiros por la Marina, y Nazario Moreno. Ambos murieron en 2014.
La Tuta, el único de los líderes narcos mexicanos que daba entrevistas de televisión o subía videos y audios a internet para explicar sus posturas, decía que su grupo era "un mal necesario" ante la ausencia del estado de derecho en Michoacán y la amenaza de los Zetas, una de las organizaciones delictivas más extendidas y sanguinarias de México.
"Hay cosas que se salen de cauce porque hay gentes que no establecen el estado de derecho", dijo el delincuente en una de sus últimas entrevistas con la cadena Fox en español, de Estados Unidos, en la que aparece sentado frente al periodista con cuatro hombres armados con fusiles de asalto a su espalda.
Los Caballeros Templarios son una escisión de la Familia Michoacana, un grupo que surgió a comienzos de la década del 2000 reclutando ex adictos a los cuales Moreno les leía pasajes de la Biblia y cuyo objetivo era defenderse de los Zetas.
Con los años, además de traficar metanfetaminas, cocaína, marihuana y heroína, comenzaron a hacerlo con hierro mientras que instalaban un régimen de terror en la región llamada de Tierra Caliente en Michoacán, donde además cobraban extorsión tanto a pequeños comerciantes como a grandes empresas.
Gómez, por quien el Gobierno mexicano ofrecía una recompensa de 30 millones de pesos (unos dos millones de dólares), era el encargado de conseguir la "cooperación" de funcionarios y políticos para garantizar el funcionamiento de la organización.
Además, era capaz de asesinar solo porque quien le leía las cartas del Tarot le revelaba que supuestamente alguien lo traicionaba, según una vieja ficha de la Fiscalía federal.
En abril de 2014, Jesús Reyna, uno de los principales miembros del gabinete del gobernador de Michoacán Fausto Vallejo, fue detenido por sus supuestos vínculos con los Templarios.
Posteriormente también fueron encarcelados, por este mismo delito, unos 10 alcaldes, el hijo del propio Vallejo y otros funcionarios de primer nivel mientras que otros tantos son investigados.
Cuando el presidente Peña Nieto decidió mandar policías federales, marinos y soldados al estado, los Caballeros y los grupos de autodefensa mantenían enfrentamientos a plena luz del día en diferentes municipios de Tierra Caliente.
En una entrevista con Fox, la Tuta dijo que prefería que lo mataran a ser capturado vivo.
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