Cosas muy raras que no sabías sobre tu nariz

La nariz puede influir notablemente en la percepción de la belleza del rostro de una persona


Cada vez son más las preocupaciones que se generan en torno a la belleza en el sí de una sociedad. De hecho, cualquier parte de nuestro cuerpo que nos parezca desagradable puede ser motivo de depresiones, obsesiones, complejos y puede llegar a comprometer la belleza del conjunto. Es el caso de la nariz, un elemento que puede condicionar la armonía de un rostro perfecto. 

La verdad, dejando a un lado sus importantes funciones respiratorias y el sentido del olfato, la nariz aporta un gran valor a nuestra belleza facial. Algunas personas son muy conscientes de ello, hecho que justifica a la alta solicitud de rinoplastias, que es una de las intervenciones de cirugía estéticas más realizadas.

Para conocer no solo sus funciones principales, sino también esas más ocultas, ponemos a tu disposición las curiosidades, que seguramente hasta ahora ignorabas, que se esconden detrás de la apariencia de nuestra nariz.

1. Desde tiempos inmemoriables se han apreciado las narices bonitas. Tanto es así que ya los médicos egipcios hacían intervenciones en la nariz, descritas en papiros que datan de alrededor del año 3000 a.C. 

Para el año 600 a.C., el cirujano indio Sushruta había perfeccionado una técnica que llegó a ser muy necesaria en aquella época, ya que algunos grupos de salvajes bandidos tenían la costumbre de cortar la nariz a sus víctimas.

2. Cada 20 minutos, la nariz segrega un líquido pegajoso que la mantiene húmeda y limpia. Los cilios, una especie de escobillas microscópicas, mueven el moco a una velocidad media de 6 milímetros por minuto.

3. Durante el siglo XIX y principios del XX, se creía que una nariz abultada era señal de obsesión sexual y que delataba el hábito de la masturbación. Incluso antes de Freud se pensaba que la nariz representaba los genitales masculinos o femeninos. 

Y algo hay de cierto: la nariz, como ocurre como el pene y el clítoris, aumenta un poco su tamaño con la excitación sexual.

4. Al mentir, se liberan unas sustancias químicas llamadas catecolaminas, que provocan la inflamación de los tejidos internos de la nariz. Es lo que han certificado los científicos de la Fundación para el Tratamiento y la Investigación del Gusto y el Tacto de Chicago. 

Es el llamado efecto Pinocho: aumenta la presión sanguínea y, en consecuencia, se inflama la nariz. Por ello, los que están mintiendo suelen frotarse la nariz, pues intentan calmar el picor (como bien se analizó en los videos en los que el presidente de Estados Unidos Bill Clinton afirmaba que no había mantenido relaciones con Monica Lewinsky).

Comentarios

Entradas populares