Gran expectativa en Grecia por excavación en tierras de Alejandro Magno

Con sus bosques, lagos, ríos y minas de oro y plata, la región de Macedonia fue el corazón del reino de Alejandro Magno.


Unas excavaciones arqueológicas en la región griega de Macedonia están suscitando gran expectativa, ante la posibilidad de que se descubran los restos de algún familiar cercano de Alejandro Magno, el gran conquistador oriundo de esta zona del norte de Grecia.

La visita del primer ministro griego Antonis Samaras el miércoles a las excavaciones en Anfípolis han relanzado las especulaciones sobre lo que podría encontrarse dentro del impresionante túmulo, situado a unos 100 km al este de Tesalónica.

Las excavaciones llevan ya varios años, y llegaron a estar interrumpidas un tiempo por falta de dinero, a causa de la crisis económica que atraviesa el país.

Pero los trabajos han avanzado y según el diario Kathimerini, los arqueólogos están a dos muros de alcanzar el interior de la sepultura.

“Hay que contar dos o tres semanas para entrar en la tumba y poder sacar conclusiones”, declaró el jueves el ministro de Cultura, Costas Tassoulas.

La arqueóloga que está dirigiendo las excavaciones, Katerina Peristeri, no oculta su impaciencia por entrar en el mausoleo, pero advierte que es difícil prever cuándo exactamente se desvelará el misterio, según declaraciones recogidas por la agencia griega ANA.

El primer ministro está seguro de que el país está ante “un hallazgo muy importante”, en una región que desde los años 70 ha sido pródiga en descubrimientos arqueológicos de gran interés.

Con sus bosques, sus lagos, sus ríos y sus minas de oro y plata, la región de Macedonia fue el corazón del reino de Alejandro Magno, que vivió del 356 al 323 a.C.

La gran pregunta es qué personalidad podría estar enterrada desde hace 2.500 años bajo una colina de tres metros de altura protegida por un recinto de cerca de 500 metros, hecho con mármol traído de la cercana isla de Thasos.

Las hipótesis apuntan a Roxana, la esposa persa de Alejandro, pero también a su madre Olimpia, o a uno de sus compañeros y generales.

“Se trata con seguridad de una tumba que se remonta al período posterior a la muerte de Alejandro, pero no sabemos a quién corresponde”, según Katerina Peristeri.

El león colocado en lo alto del recinto y las dos esfinges de la entrada del túmulo, de entre el 325 y el 300 a.C, dan a entender que el monumento tiene un carácter “espectacular”, según Katerina Peristeri.

Nacido en la antigua Pella e instruido por Aristóteles hasta los 16 años, Alejandro III de Macedonia había formado a los 30 años uno de los mayores imperios del mundo antiguo, desde el mar Jónico hasta el Himalaya.

Después de su muerte en Babilonia, Roxana y su hijo fueron mandados a asesinar en el 310 a.C por el general Casandro, que se convertiría en rey de Macedonia.

En 1977, en Vergina, al oeste de Tesalónica, se descubrió la tumba intacta de Filipos II, su padre.

Según los arqueólogos, la posibilidad de que la tumba de Anfípolis sea de la Alejandro es casi nula. Después de su fallecimiento a los 32 años de edad en Babilonia, su cadáver habría sido inhumado en Alejandría, Egipto, sin que ninguna excavación haya llegado a confirmarlo nunca.

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