EEUU respalda a presidente de Irak, tras evidenciarse divisiones en el Gobierno

El primer ministro Maliki es apuntado como el responsable de la crisis con los yihadistas.


"Estados Unidos apoya totalmente el presidente Fuad Masum en su papel de garante de la Constitución iraquí", dijo la vocera del Departamento de Estado, Marie Harf, en un comunicado, haciéndose eco de un comentario previo en Twitter del secretario de Estado adjunto para Irak, Brett McGurk.

Maliki, quien se encuentra sometido a una gran presión para renunciar a un tercer mandato, anunció sus planes de presentar una denuncia contra Masum, alegando que el presidente recientemente electo había violado la Constitución en dos oportunidades.


Numerosos iraquíes consideran que Maliki es en parte responsable por el reciente conflicto en el norte de Irak, por haber institucionalizado el sectarismo.

Washington, Teherán, los líderes religiosos chiitas y gran parte de su partido le han quitado el apoyo, pero Maliki se niega a renunciar a la posibilidad de un tercer mandato.

"Reafirmamos nuestro apoyo a un proceso de selección de un primer ministro que pueda representar las aspiraciones del pueblo iraquí mediante la construcción de un consenso nacional y que gobierne de forma inclusiva", dijo Harf.

"Rechazamos cualquier esfuerzo para lograr resultados a través de la coacción o la manipulación del proceso constitucional o judicial", agregó.

"Estados Unidos está dispuesto a apoyar a un gobierno nuevo e incluyente, particularmente en la lucha contra el EIIL", dijo Harf, refiriéndose a los militantes sunitas que han lanzado una potente ofensiva en el norte de Irak.

"Creemos que un gobierno nuevo e incluyente es la mejor manera de unificar el país en contra del EIIL, y de obtener el apoyo de otros países de la región y la comunidad internacional".

Despliegue de fuerzas

Un desacostumbrado despliegue de fuerzas tenía lugar en las zonas estratégicas de Bagdad la noche del domingo al lunes poco antes de que el primer ministro anunciara su intención de interponer querella contra el presidente por violación de la Constitución.

"Hay una fuerte presencia de miembros de la seguridad, policía y ejército, especialmente alrededor de la 'zona verde'", un barrio ultraprotegido donde se encuentran las instituciones clave del país, indicó un alto responsable policial.

El despliegue comenzó a las 19:30 GMT, hora y media antes de que el primer ministro anunciara en la televisión estatal que este lunes interpondrá una querella contra el presidente Fuad Masum por violación de la Constitución.

Las medidas de seguridad "son muy poco habituales y se parecen a las que imponemos en caso de estado de emergencia", declaró este alto responsable de la policía.

"Numerosas calles fueron cerradas, además de varios puntos clave", precisó un funcionario del Ministerio de Interior. "Todo está relacionado con la situación política", añadió.

Los kurdos recuperan la iniciativa

En el plano militar, las fuerzas kurdas, que habían sufrido varios reveses los últimos días ante los insurgentes sunitas, liderados por los yihadistas del Estado Islámico (EI), retomaron la iniciativa al tercer día de bombardeos aéreos estadounidenses.

"Los peshmergas liberaron Majmur y Gwer (...) El apoyo aéreo estadounidense ayudó", afirmó un vocero de las fuerzas kurdas, Halgord Hekmat.

Las dos ciudades, tomadas hace unos días por los insurgentes sunitas están situadas en el suroeste de la capital del Kurdistán iraquí, Erbil, donde fue evacuado parte del personal del Consulado de Estados Unidos.

Estados Unidos, que se retiró de Irak hace tres años, lanzó sus primeros ataques el viernes, para frenar el avance de los yihadistas del EI que amenazan al Kurdistán autónomo y a miles de civiles. Las fuerzas estadounidenses prosiguieron sus ataques el domingo y llevaron a cabo "con éxito múltiples ataques aéreos, con aviones y drones, para defender a las fuerzas kurdas cerca de Erbil".

El avance del EI provocó la huida de 200.000 civiles, sobre todo tras la toma de Qaradosh, la ciudad cristiana más grande de Irak, situada entre Mosul y Erbil, y la conquista de Sinjar, al oeste de Mosul, un bastión yazidi, minoría de habla kurda no musulmana.

Muchos yazidis están atrapados en las áridas montañas de los alrededores, amenazados por el hambre y la sed tanto o más que los yihadistas.

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