¡A qué no sabías! El mayor enemigo del internet ¿Son los tiburones?
Los tiburones amenazan con dejarnos sin Internet
Si tenemos que cuenta que a través de los cables submarinos del gigante Google pasa el 99% del tráfico mundial de Internet, entonces comprenderemos mejor la envergadura de la decisión de esta compañía de reforzarlos.
Resulta que en los últimos tiempos, gracias a cámaras colocadas en las profundidades, se han tenido detalles de los constantes ataques de tiburones contra estos dispositivos. De ahí, pues, el proyecto de reforzar la solidez de estos cables, anunciado hace unos días por Dan Belcher, Jefe de Producción de Google, durante el evento Google Cloud RoadShow, según ha reportado el diario Slate.
De manera que una parte considerable de los 160.000 kilómetros de cables colocados bajo aguas marinas por la compañía con sede en Montain View, California, serán reforzados con un material llamado kevlar, de una solidez al parecer cinco veces mayor a la del acero.
Más allá de lo mediático de este anuncio, ya hace mucho tiempo que nuestra Internet ha sufrido desperfectos temporales por causa de las mordeduras de tiburones, barracudas y otros seres marinos. En 1987, el New York Times admitía que “los tiburones han demostrado un gusto inexplicable por los nuevos cables de fibra óptica instalados en el fondo del océano.”
Según un estudio de la sociedad TeleGeography, los satélites todavía serían insuficientes para paliar un posible accidente en las vías submarinas de envío de información, así como para garantizar una conectividad eficaz para todos los usuarios del planeta.
El proyecto de reforzamiento de estos conductores debería empezar con el nuevo cable de 9.000 kilómetros que conectará a los Estados Unidos con Japón, bajo las turbulentas aguas del Océano Pacífico; un proyecto que tomará forma en el año 2016.
Una de las teorías sobre el comportamiento de los tiburones contra los cables de Internet considera que las señales electromagnéticas emitidas por estos últimos, semejantes a las que emiten sus presas, podrían atraer a los escualos a través de su especialísimo sistema de orientación.
Al afectar el revestimiento original, suele ocurrir que por estas fallas penetre el agua salada hasta llegar al conductor por donde pasa toda la información. De un grosor parecido al de las mangueras que utilizamos para regar el jardín, estos cables comprenden varias capas de diferentes texturas, en aras de una mayor solidez. Pero todo parece indicar que nada se resiste a la manía de los escualos de morder todo lo que aparezca ante sus sensibles narices.
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