Disturbios tras el funeral del palestino asesinado en Jerusalén

Los palestinos han lanzado piedras y cócteles molotov en varios puntos.


Envuelto en una bandera palestina, Mohamed Abu Jdeir ha sido enterrado en medio del dolor y gritos de Ala Akbar (Alá es grande) y de venganza en el barrio de Shuafat.

Tras el funeral del joven palestino, de 16 años, y como estaba previsto, se han producido disturbios con los policías israelíes. Los enfrentamientos han causado unos 20 heridos de carácter leve.


Los palestinos han lanzado piedras y cócteles molotov en varios puntos de la parte oriental de Jerusalén como Wadi Joz o Ras Al Amud en protesta por el secuestro y asesinato que consideran fue obra de colonos radicales en venganza por el asesinato de tres estudiantes judíos el pasado 12 de junio.

La Policía israelí aún no ha concluido la investigación para establecer si el asesinato tuvo motivación nacionalista o delictiva. Para la familia de Abu Jdeir y el liderazgo palestino no hay duda alguna y exige a Israel que detenga y castigue a los responsables.

"Espero que tu muerte traiga la victoria de Palestina. Que Dios queme a los criminales que asesinaron a mi hijo", dijo la abatida madre, Suhar, en el momento de la despedida. "Quiero que vuelva a casa", añadió en un funeral en el que se han escuchado disparos al aire.

"Mohamed mártir y héroe", reza un cártel de Shuafat expresando el sentimiento de unos habitantes que protestan desde el miércoles por la mañana, horas después del hallazgo del cadáver calcinado.

El diputado árabe israelí Ahmed Tibi se rebela contra las otras hipótesis que están siendo investigadas como un ajuste entre clanes palestinos o "crimen de honor". "Los árabes matan judíos y los judíos matan árabes. Es un círculo de violencia que debemos acabar", afirma antes de denunciar la ocupación en Cisjordania y añadir: "Para Israel, la vida de un israelí es más importante que la de un palestino".

La coincidencia del tenso y multitudinario funeral con el primer viernes del mes sagrado del Ramadán (fecha habitual de enfrentamientos en la Explanada de las Mezquitas) hizo que Israel elevase el estado de alerta en toda la ciudad. Como en las ocasiones en las que prevé choques, la Policía permitió la entrada al recinto religioso sólo a los mayores de 50 años y a los niños.

Una corriente de odio y sed de venganza recorre Jerusalén. Tras el hallazgo de los cadáveres de los tres jóvenes judíos, una turba extremista se manifestó en Jerusalén al grito de "muerte a los Árabes". Hoy algunas calles de Shuafat han amanecido con el grafiti: "Muerte a Israel, Muerte a los judíos".

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