Ese celular sin el que no puedes vivir causa ansiedad y arrugas

Los participantes del estudio podían soportar a duras penas que el teléfono sonara en la habitación contigua: reportaron sentir ansiedad y una sensación "desagradable".


¿El corazón te late más rápido y sientes que te sube la presión si no encuentras tu celular? Un estudio científico ha demostrado que el alejamiento del teléfono móvil tiene un impacto en la salud física y mental de su dueño.

La investigación de la Universidad de Missouri, aplicado a 40 usuarios de iPhone, reveló que si los teléfonos de los participantes sonaban mientras estaban en otra habitación y eran, por tanto, incapaces de responderlos, aumentaban sus ritmos cardíacos y presión arterial. 

Además, si tenían que completar un simple puzzle con palabras su desempeño en esa tarea era inferior al normal.

"Nuestros hallazgos sugieren que la separación iPhone puede afectar negativamente el rendimiento en tareas mentales," dijo en un comunicado Russell Clayton, estudiante de doctorado en la Escuela de Periodismo de la universidad y autor principal del estudio. 

"Además, los resultados de nuestro estudio sugieren que los iPhones son capaces de convertirse en una extensión de nosotros mismos de tal manera que cuando nos separamos, experimentamos una disminución del ‘yo’ y un estado fisiológico negativo."

La investigación, publicada en el Journal of Computer-Mediated Communication abre muchas interrogantes sobre cuán estrechamente asociamos nuestros teléfonos celulares con nosotros mismos. 

"Este hallazgo clama por futuras investigaciones sobre si otros dispositivos tecnológicos son capaces de llegar a ser incorporado en el ‘yo extendido’", escribieron los autores.

El estudio de Missouri no es el único que refleja los efectos negativos de nuestra dependencia a los dispositivos tecnológicos. Ahora resulta que inclinar la cabeza hacia abajo para revisar celulares y tabletas acelera el envejecimiento de la piel, con la consabida aparición de las temidas arrugas.

Los dermatólogos señalan que la constante inclinación del cuello para mirar a las pantallas conduce a flacidez, caída de la mandíbula y la formación de un pliegue por encima de la clavícula, condición que han denominado 'cuello tech.'

El pliegue 'cuello tech' lo presentan sobre todo las personas de entre 18 y 39 años que poseen un promedio de tres dispositivos digitales y miran sus pantallas hasta 150 veces al día, acelerando el impacto de la gravedad y la pérdida natural de elasticidad de la piel.

Christopher Rowland Payne, dermatólogo de la Clínica Londres, dijo al diario británico The Daily Telegraph que las arrugas y la flacidez de la papada y el cuello por lo general comienzan a fines de la mediana edad, “pero en los últimos 10 años, a causa del 'cuello tech', se ha convertido en un problema para una generación de mujeres más jóvenes".

Y Payne señala que la gente suele cuidar más sus rostros que sus cuellos, lo cual contribuye al envejecimiento de esa parte del cuerpo.

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