La cocina del adelgazamiento

by Apolonia, freedigitalphotos.net
Adelgazar no está reñido con disfrutar de los alimentos.

Una cocina de adelgazamiento debe ser ligera, variada,  agradable y apetitosa. Basta con seguir éstos consejos:


Conviene varias los condimentos que se utilizan. Puede escogerse entre:

- Todas las variedades de aceites (especialmente los prensados en frío).
- Todas las variedades de vinagres (de vino, de sidra, de alcohol), aromatizados incluso con                   estragón, roero, nuez, tomilllo o escalonias.
- Zumo de limón.
- Vinagreta ligera, que se consigue añadiendo una cucharada de agua a la vinagreta clásica.
- Salsas ligeras a base de yogur descremado.
- Salsas ligeras de tomate preparadas con poquísimo aceite.
- Gelatinas de verduras o frutas, elaboradas con agar-agar.
- Plantas aromáticas, especias exóticas.
- Tamari y salsa de soja (no conviene abusar, puesto que contiene bastante sal).

Las verduras (cebollas, endibias, zanahorias, champiñones, tomate, espárragos) se pueden hacer al vapor o a la plancha. Con algunas (pimientos, tomates, cebollas, setas y ajos) pueden cocinarse brochetas. Otras (patatas, calabacines, cebollas, tomates, pimientos o berenjenas) dan buenos resultados asadas al horno, con muy poco aceite y un poco de agua para que no se quemen.

Las carnes se pueden hacer a la brasa con tomillo, romero, laurel u otras plantas aromáticas. Las carnes menos grasas son excelentes si se acompañan con un poco de mostaza, pimienta verde, o clara de huevo hilada, y verduras.

El pollo y las aves se cocerán con piel, pero se servirán sin ella. Es mejor la pechuga porque siempre es más magra que el muslo.

Los pescados se harán al vapor o a la plancha, o bien al horno sobre un lecho de verduras. Se pueden servir con un poco de limón. Es preferible el pescado blanco al azul, porque tiene menos grasa.

Los huevos se pueden hacer fritos (pero en lugar de aceite pondremos agua), pasados por agua o en forma de huevos al plato (con un poco de tomate, guisantes y espárragos).

Las verduras verdes y feculentas se cocerán preferiblemente al vapor, que es la forma más sana de prepararlas; en su defecto, se harán con agua o a la brasa, o bien al horno casi sin aceite y con plantas aromáticas.

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